confidencias

sube mi otra parte por mis orejas y busca con fruición y desvelo tres pecas en un cuello transparente que se convierten en seis escalones hacia la boca; se entromete, me absorbe, el ansia en dos labios escondidos que traen una luna muda que con vergüenza no atina a encontrarnos detrás de un cristal empañado y un mundo abierto en una voz que espera tras un cable y el musgo de la lágrima que se queda para siempre atrapada en cuatro ojos que tiran a verde; un sabor, entrecortado, un cruce de playas, algún silencio que por espeso me hizo daño y después ya salimos a nadar entre las comisuras, a hacer una casa en mis zapatos, a añorar el olor de unos pinos a través de kilómetros; he metido una bolsita de arena y tú los colores de un acantilado en esa piel que está en dos lugares pero que nos robamos

 

passejant barcelona